El pescado es el símbolo del Cristianismo, Sopa de Pescado para el Pecador, aumenta nuestra hambre de Dios, y cuando comemos del Pan de Vida, abriéndole nuestro corazón a su Hijo, su Santo Espíritu brilla intensamente dentro de nosotros para Glorificar a nuestro Dios Todopoderoso por toda la eternidad!
Thursday, June 21, 2018
"RIOS DE VIDA"
La vida es como un majestuoso río de agua limpia, creado para
darle a todo aquel que sediento, busca un poco de esta agua
para mitigar su sed y continuar viviendo.
Sin embargo, cuando el agua de este río se agita, el lodo del fondo
la contamina tanto, que cambia de cristalina a opaca, tan turbia
y apestosa, que nadie la puede beber.
El pecado es el lodo en nuestro corazón que no nos permite ver
el fondo, y cuando nos enojamos, el agua se revuelve con el lodo,
y salen a flote los malos pensamientos, las malas palabras y accio-
nes que nos convierten en enemigos de nuestro semejante, ese
maravilloso ser, creado a la imagen y semejanza de Dios.
Cansados de esta vida triste, caemos de rodillas arrepentidos de
nuestros pecados ante el Cristo, a quien Dios, envió al mundo a
salvarnos, y Jesús, contento de vernos cerca de Él, nos perdona,
nos limpia, y nos prepara para hacer un cambio radical en nues-
tras vidas, una vida nueva lejos del odio y la maldad, causada
por el pecado en nuestro ser.
Sin el lodo del pecado en nuestro corazón, la luz de Cristo nos
alumbra todo nuestro interior, y podemos ver el fondo de nuestro
corazón ahora limpio y listo para servir como un templo del Dios
viviente, que vive y reina para siempre, y en vez del lodo del pe-
cado en nuestros corazones, comenzamos a llenarlo de la Palabra
de Dios la cual bendice nuestro ser, y cuando le damos a alguien
de beber, toman del agua de vida que Jesucristo vertió abundan-
temente para bendecir a todo aquel que cansado decide acercarse
a Cristo para que lo perdone, y lo convierta en una nueva persona
para darle Gloria a Dios.
Gracias Señor, por la tremenda victoria contra el pecado, conquis-
tada para nosotros a través de tu Hijo santo, quien sufrió, murió,
y resucitó, para darnos vida eterna a todos aquellos que sincera-
mente creemos en su Amor, en su Gracia, en su Misericordia.
Bendito sea el Señor, quien con su sangre preciosa pagó el alto
precio por nosotros, para que podamos vivir eternamente con Él.
Porque de verdad… Nos ama!
ALÁBALO QUE EL VIVE!
José Salazar
S. de C.
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