Saturday, December 4, 2010

"EL VERDADERO VALOR DE LAS COSAS"

“El plan secreto de Dios que ya por fin fue revelado, es Cristo mismo!
En El yacen escondidos los inmensos e inexplotados tesoros de la
Sabiduría y del conocimiento. Colosenses 2-2.

“EL VERDADERO VALOR DE LAS COSAS”

Soy pobre, pero siempre he querido ser rico! Tener mucho dinero para
comprarme todo lo que yo quiero! Siempre deseando lo que el mundo
me ha negado, siempre renegando por el camino por donde ando!
Si yo fuera millonario, estrenaría coche a diario, me vestiría con lujos
y tendría de la vida muchos hermosos placeres!
Dinero! Fama! Mujeres!
Y pensando de todo esto algún día ser dueño, caí dormido en un sueño!
En una mina de oro, me encontré un cuantioso Tesoro!
Perlas! Diamantes! Y claro! Mucho oro!
Pepitas del tamaño de una manzana! Su valor: Una fortuna!
Me pasé el día admirando entre mis manos éste precioso metal!
De pronto escuché un ruido! Es mi estómago vacío, con un hambre fatal!
Sigo sin entender!
Yo aquí con tanta riqueza y no hallo nada para comer!
Si yo pudiera convertir éste pedazo de oro en alimento,
en una fruta de verdad, del afán de la riqueza perdiera la necedad!
Mientra más escarbo la tierra más oro sale!
Y me doy perfecta cuenta, que sin comida el oro de nada vale!
El oro como el dinero, de nada nos sirve cuidarlo con tanto esmero!
Si no encuentro pronto que comer, en ésta cueva seguro muero!
Y pienso con mucha tristeza, que aún con tanta riqueza,
Estoy peor que en la pobreza!
El oro aumenta la codicia! ¡La maldad! La malicia!
La comida alegra el alma! Nutre el cuerpo! Trae la calma!
De qué me sirve ser rico y tener tanto dinero..
Si no puedo ni comerme lo que quiero?
El oro fama y fortuna nos mantienen en la luna!
El Amor, La Caridad, Don que Dios hizo.. Nos acercan al Paraíso!
El oro ya no tenía ninguna atracción para mí! Abrí mi Biblia,
y me puse a orar, a clamar a Dios por auxilio y perdón!
Jesucristo mi Señor! Ayúdame! Decía sollozando!
Y entre dientes murmuraba:
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy! Y perdona mis ofensas!
No quiero oro! Quiero comida! O se me escapa la vida!
De pronto escuché una voz: Despierta! Era mi esposa!
Despiértate ya mi vida! Te serví ya la comida!
Me levanté con presteza, le dí un beso, y me olvidé de la riqueza!
De otros Tesoros soy dueño! Gracias a Dios.. .. Fue un sueño!
José Salazar
S. de C. 60.

No comments:

Post a Comment