El mundo es como una inmensa plaza de toros en la cual fuimos lanzados
a torear con un toro muy bravo sin siquiera saber las consecuencias que
esto podría traernos!
Comparado con el pecado, nosotros somos muy débiles!
El pecado es fuerte! Muy fuerte!
Y muy bellamente disfrazado!
Cada toro, tiene en si la fuerza para destruirnos, sin embargo, hemos
aprendido que si tomamos una capa roja podemos hacerlo que la siga
haciéndole un pase perfecto sin lastimarnos!
Pero con toda seguridad, en uno de esos pases, terminaremos atrapados
entre sus cuernos!
Que es lo que nos hace desafiar a este toro sabiendo que nos matará?
El pecado es nuestra rebelión a obedecer a Dios!
El pecado es lo opuesto a la Justicia y rectitud moral!
El pecado es la falta de comunión con Dios!
Que nos ha pasado???
Nadie se encuentra en los palcos! Toda la gente está toreando al toro!
Eché otro vistazo hacia los palcos y miré a Jesús en la parte alta, triste
observando hacia el centro de la arena como todos se deleitaban con el
pecado, no! Espera! No todos! Gracias a Dios, entre la gente, habían
algunos que desesperados por ayudar, querían hacer que la gente
recapacitara, que entendiera lo peligroso que es el pecado y que
podrían dejar de pecar aceptando a Jesucristo!
Esto los haría acercarse a El, abandonando la Plaza del pecado!
Despacio pero seguro, la gente iba entendiendo que no podemos des-
obedecer a Dios sin obtener un castigo, y de que hay perdón de los
pecados acercándonos a Jesucristo comenzando una nueva vida
alejados del pecado tanto como nos sea posible!
Poquito a poco, la gente se alejaba del toro y abriéndole sus corazones
a Jesús lo aceptaban como su Salvador para Gloria de Dios su Padre.
Cuidado!
Allí viene el toro!
O Dios! Ayúdanos!
No queremos morir en pecado!
Salta la barda!
Acércate a Jesús!
El te salvará!
GLORIA A DIOS!
José Salazar
S. de C.
No comments:
Post a Comment