"EL CABALLO DE TROYA"

La gran antigua ciudad de Troya era poderosa!
Nadie quien la confrontara cara a cara salía victorioso sobre ella,
Porque su ejército era enorme y tenía una gran habilidad para la guerra,
Un día después de una gran batalla, sus enemigos abandonaron el lugar,
dejando detrás de ellos: UN GRAN CABALLO DE MADERA!
El caballo era tan alto como una casa, y hueco en su parte interior, ellos,
astutamente lo llenaron de soldados, quienes arriesgaron sus vidas para
ayudar a ganar la guerra!
La curiosidad de los Troyanos, fue muy grande, como lo fue también su
orgullo, porque consideraron ese caballo como un trofeo de Guerra y lo
metieron dentro de la ciudad amurallada, para su propia desgracia.
Por la noche, los soldados, salieron del caballo y abrieron las puertas de
la ciudad permitiendo así, que los enemigos de Troya ganaran la guerra.
El cuerpo humano es como la ciudad de Troya! Grande y poderoso!
Hecho para durar muchos años, pero igual que los troyanos nuestra curio-
sidad y orgullo son también muy grandes y enamorándonos del PECADO,
nosotros mismos lo introducimos dentro de nuestro cuerpo y cuando
ya esta adentro, abre las puertas de nuestro ser, para que entren nuestros
enemigos para atacarnos y destruirnos totalmente!
Que podemos hacer?
El Pecado es la oscuridad que no nos permite acercarnos a la Luz de Dios!
El mundo, a pesar de la luz del día, está sumido en una espesa oscuridad!
Y cuando le abrimos nuestro corazón, la oscuridad en nuestro ser aumenta!
Solamente cuando la Luz de Dios entra en nosotros es cuando tristemente
podemos reconocer cuan grande realmente es la oscuridad que nos cubre
los ojos y no nos deja mirar la magnífica Luz de Dios!
El pecado del mundo no es el que nos hace daño,
sino el que llevamos dentro de nosotros!
Como podríamos deshacernos de el?
Claro!
Abriéndole nuestro corazón a Jesucristo.
El dice:
“Yo soy La Luz del mundo; todo aquel que me sigue, no caminará
en oscuridad, sino que tendrá la Luz de La Vida” Juan 8:12.

El pecado es la oscuridad del mundo
Cristo es La Luz en la cual la oscuridad no prevalece!
¡Salgámonos de esa oscura cueva ! Salgamos a la Luz!
La Luz del mundo! Cristo Jesús!

ALABA AL SEÑOR!

José Salazar
S. de C.