"LA CARNADA DEL DIABLO"

El pecado es la carnada que el diablo pone en su anzuelo para atrapar
a los “Buenos” porque de los malos, no tiene que preocuparse, pues
ya los tiene junto a el. Después que los “atrapa” los pone en una
canasta para luego ponerse a contar toda su pesca del día.
Uno por uno comienza a contarlos todos y a marcarlos poniéndoles
a cada uno el precio por su cabeza para después encadenarlos en una
cueva la cual va a ser su prisión, sin esperanza de salir nunca de ella.
Desde ahora, dice el diablo, son mis esclavos! Esclavos del pecado!
No han de ser muchos, porque dijiste que los pone en una canasta,
y por mas grande que ésta sea van a ser unos cuantos!
No mi amigo! Son millones de millones!
Nuestras almas son las cautivas sin ninguna esperanza de libertad!
Santo Dios! Eso es terrible! Sin ninguna esperanza dices?
Bueno hay una: Jesucristo! Jesús llega y se las arranca de la canasta!
Se las roba?
No! Para nada! Las Redime! Y eso quiere decir:
Que pagó el alto precio fijado por cada uno de nosotros!
Este precio es tan grande, que nadie puede pagarlo, porque no está
fijado en buenas obras, o en dinero, oro, joyas u otra cosa del mundo!
El precio por la liberación de nuestras almas está fijado en sangre!
En sangre dijiste? Estas bromeando?
No! Para nada! En la sangre preciosa del Santo Hijo de Dios.
Antes de venir Jesucristo al mundo se le sacrificaban toros a Dios para
el perdón de los pecados, pero esta no salvaba, así que Jesús, se ofreció
a Dios como sacrificio vivo y ofrendó su sangre en el altar del cielo
después de resucitar, obteniendo el poder para perdonar los pecados,
para rescatarnos de las prisiones del diablo y darnos la libertad!
Hebreos 10: 5
Sin embargo hay una condición! CREER EN EL!
Somos salvos cuando creemos que El nos puede salvar!
Después de ser salvados, el diablo pone en una bandeja de plata como
carnada, el pecado que mas nos gusta para atraparnos de nuevo, pero
Jesús nos refuerza en contra del pecado cuando nos acercamos a El!
Es realmente triste cuando la gente ya rescatada del pecado,
decide regresar a el poniéndose ellos mismos las cadenas.
Nuestra fe en Cristo se aviva en nosotros leyendo la Palabra de Dios!
Leamos la Biblia! Acerquémonos más a Dios! Seamos libres!
Aceptando a Jesucristo como nuestro Salvador!
Y después…..

ALABEMOS AL SEÑOR PARA SIEMPRE!

José Salazar
S. de C.